Las calorías son energía que necesita nuestro cuerpo, pero también el motivo de obsesión de muchas personas al elegir los alimentos que van a consumir. Muchas veces, seleccionamos lo que comemos en función a las calorías que aportan sin contemplar al alimento en su totalidad, cuando lo primero que debemos preguntarnos es qué aporte nutricional tiene.
No es lo mismo consumir 1200 calorías diarias provenientes de harinas refinadas, azúcares y grasas malas, que hacerlo a través de una dieta rica en fibras, proteínas, grasas saludables, hidratos de carbono complejos, vitaminas y minerales. Para comprender esta idea podemos tomar el ejemplo de una ensalada césar y un sándwich de jamón y queso: ambos tienen un aporte de calorías similares, pero si analizamos sus nutrientes son muy distintos.
Para cuidar la calidad de tu alimentación, tené en cuenta:
– Para que un plan de alimentación sea saludable, debe ser lo más variado posible
para abarcar la mayor cantidad de nutrientes.
– Comprar alimentos frescos y evitar los ultraprocesados.
– Cocinar en casa siempre es la mejor opción. Las cocciones saludables no alteran la calidad ni los nutrientes de los alimentos y no aumentan sus calorías en exceso.
– Leer con atención las etiquetas nutricionales.
– Cocinar sin sal. La mayoría de los alimentos envasados presentan sal en su composición.
– Utilizar el aceite crudo. Al calentarlo se transforma en una grasa de mala calidad.