La violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes ocurre cuando son obligades a participar en actos sexuales con el objetivo de conseguir el goce perverso del agresor. Incluye desde manoseos hasta acceso carnal, explotación, pornografía, etc. Existen tres aspectos que resultan útiles para detectar este tipo de delito:

  • La asimetría de poder: diferencia de edad, roles, fuerza física y/o de la capacidad de manipulación psicológica del abusador.
  • La asimetría de conocimiento: mayores conocimientos que su víctima sobre la sexualidad y las implicancias de un involucramiento sexual.
  • La asimetría de gratificación: búsqueda de la propia gratificación sexual, con independencia de los deseos y necesidades de la otra persona.

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