Una alimentación saludable es la que aporta todos los nutrientes esenciales y la energía que necesita una persona para crecer y mantenerse saludable, previniendo enfermedades como diabetes, sobrepeso y obesidad, algunos tipos de cáncer e hipertensión.
A pesar de jugar un papel esencial en nuestra calidad de vida, muchas veces seleccionamos lo que comemos sin contemplar el alimento en su totalidad, prestándole atención a las calorías que aportan cuando lo primero que debemos preguntarnos es qué valor nutricional tiene.

No es lo mismo consumir 1200 calorías diarias provenientes de harinas refinadas, azúcares y grasas malas, que hacerlo a través de una dieta rica en fibras, proteínas, grasas saludables, hidratos de carbono complejos, vitaminas y minerales.  Por ejemplo, la banana es una fruta que en muchas dietas está “prohibida” por ser de las frutas que más calorías tienen, a pesar de ser un alimento natural que aporta fibra y potasio. En su lugar, suele ser recomendado el consumo de turrón, un alimento ultraprocesado que no contiene aportes nutricionales.

Para tener una alimentación saludable debemos priorizar, en la medida de lo posible, el consumo de los alimentos naturales y cocinar y comer en casa: es la mejor manera de garantizar buenos nutrientes en la alimentación cotidiana y lograr reducir el riesgo de enfermedades crónicas no transmisibles. 

Para cuidar la calidad de tu alimentación, tené en cuenta: 

• Realizar una dieta lo más variada posible que incluya la mayor cantidad de nutrientes.
• Comprar alimentos frescos y evitar los ultraprocesados.
• Cocinar en casa siempre es la mejor opción. Las cocciones saludables no alteran la calidad ni los nutrientes de los alimentos y no aumentan sus calorías en exceso.
• Leer con atención las etiquetas nutricionales.
• Cocinar sin sal. La mayoría de los alimentos envasados presentan sal en su composición.
• Utilizar el aceite en crudo ya que al calentarlo se transforma en una grasa de mala calidad.