La diversidad sexual y corporal es un concepto basado en los derechos humanos de todas las personas, que invita a romper con el paradigma heteronormativo y biologicista y está fundado en la libertad y el sentir de cada individuo. Cuestiona los modelos que relacionan de forma lineal el sexo biológico con el género, la identidad autopercibida y la orientación sexual (por ejemplo, pensar que la persona que nace con pene se identifica como varón y es heterosexual). 

Estos cuestionamientos nos permiten pensar que no hay deseos mejores que otros o identidades o corporalidades más válidas que otras, sino que existe una diversidad, es decir que todas las personas son diversas. Pero podemos ver que socialmente existen jerarquías que generan situaciones de discriminación y vulneración a algunas identidades, por eso la importancia del marco de derechos humanos y de desnaturalizar los paradigmas que excluyen a las personas. 

Se refiere a la atracción sexual, erótica, emocional que pueden sentir las personas. No existe una orientación sexual “normal”, y la misma puede cambiar a lo largo de la vida.
Habitualmente se designa la orientación sexual en relación al género, por ejemplo:

• las personas homosexuales sienten atracción por otras de su mismo género;
• las personas heterosexuales sienten atracción por personas del otro género;
• las personas bisexuales por ambos géneros;
• hay quienes se definen como asexuales, es decir, que no sienten atracción sexual por otra persona)
• y quienes se identifican como pansexuales, es decir que definen su atracción más allá del género.

Cabe aclarar que estas categorías nos suelen ser útiles a los fines de aprendizaje, para nombrar y visibilizar pero no deben pensarse como estáticas, ya que corremos el riesgo de caer nuevamente en binarismos.

Es la autopercepción de género que tiene cada persona, más allá del sexo asignado al nacer y las características corporales. Según la Ley 26.743 cada persona tiene derecho a ser reconocida según su identidad de género autopercibida, la cual se relaciona con la vivencia interna y sus sentimientos.Se relaciona con la expresión de género, que es la manera en que las personas expresan su identidad, incluyendo la apariencia corporal, las formas de vestirse, etc. Existen múltiples formas de expresar y vivenciar el género, todas deben ser respetadas y ninguna de ellas debe ser patologizada.

Las personas intersex son aquellas que al momento de nacer su genitalidad “no responde a los parámetros” esperados culturalmente, y por las ciencias médicas, para la definición de sexo femenino o masculino. Estos parámetros y criterios médicos, definen en términos medibles, binarios y duales un acontecer que puede ser variable según cada persona.

Existen más de 600 variaciones corporales (cromosómicas, fisiológicas, anatómicas) contempladas en el abanico de la intersexualidad que se encuentran por fuera del estándar establecido arbitrariamente como regla por la medicina.

Muchas veces, se impone la realización de cirugías de “normalización genital” a bebés que nacen con genitales cuya forma no es clasificada como “aceptable”. Desde el dispositivo médico se persuade a las familias para intervenir quirúrgicamente. Desde hace años el movimiento intersex y organismos internacionales de derechos humanos comparten evidencia empírica que indica lo contrario: las intervenciones provocan insensibilidad en la zona intervenida, y/o dolor crónico, además se realizan sin el consentimiento de quien es intervenida/o, vulnerando así el interés superior de niñes y adolescentes.