Los acontecimientos producidos en el último tiempo en Argentina ameritan una reflexión sobre las lógicas que se instrumentan para el incumplimiento de una amplia legislación en relación a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
Las niñas y adolescentes son sujetxs de derechos, tal como lo suscribe nuestra Constitución Nacional y por ello deben ser reconocidxs en sus deseos y decisiones.
El caso de la niña de 11 años de la provincia de Tucumán es un elocuente ejemplo de la violación de derechos. No fue escuchada, no se registró su deseo y su demanda y quedó cautiva de los poderes públicos que no quisieron dar respuesta.
El cuerpo, donde conjugan biología y cultura, se ha transformado en el espacio de experimentación y tortura de los sectores conservadores de nuestro país. Se intenta correr los límites de la ley e instaurar una lógica de acción que permita poner en evidencia la viabilidad de las dos vidas, cosa que, como quedó demostrado, no fue posible.
La lógica patriarcal despliega así toda su potencia en la vida de las niñas a través del sistema político, la corporación médica y judicial desplegando la objeción de conciencia como un atributo indiscutible.
La niña solicitó la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) por un embarazo producto de la violación de la pareja de su abuela. El Código Penal del año 1921, en su artículo 86 inc.2 y el Fallo FAL de la Suprema Corte de Justicia del año 2012, habilitan legalmente la interrupción legal del embarazo sin judicialización ni dilaciones. Al igual que el caso de la niña en Jujuy la demora en la intervención llevó a producir un parto por cesárea, sin ningún cuidado de la privacidad, para que se produjera un nacimiento en la semana 23 inviable, acorde a los actuales desarrollos tecnológicos. Obligar a continuar un embarazo forzado está tipificado como tortura por la legislación internacional.
Los grupos antiderechos ofrecen así el sacrificio de una niña para demostrar la “importancia de las dos vidas” operando en la ilegalidad y dando por tierra una historia de avances legales para una vida digna para las niñas y las mujeres. La libertad de decidir sobre el propio cuerpo se inscribe en el derecho de las niñas y las mujeres a desarrollar su vida y decidir cuantos hijos tener, con quien tenerlos, o no tenerlos y en qué momento.
Si el sistema político, las corporaciones y los grupos antiderechos han decidido operar por fuera de la ley ha llegado el momento de accionar judicialmente con las herramientas nacionales y los instrumentos internacionales.
#NiñasNoMadres, supone romper el destino para quien no quiere y en muchos casos no puede hacerse cargo de una vida cuando recién está despuntando su propia experiencia y necesita ser cuidada y querida para poder crecer.
FUSA AC