El 4 y el 5 de octubre tuvo lugar el Foro de Juventudes de la Alianza Latinoamericana y Caribeña de Juventudes. Por parte de FUSA participó Daniel Levita, integrante del área de Advocacy.
Estos dos días de arduo trabajo reunió a jóvenes de toda la región con el fin de trabajar sobre el Consenso de Montevideo y su Guía Operativa, cuyo propósito es sentar las bases para la aplicación de este tratado. Luego de un repaso sobre estos dos documentos y la situación en la región, los participantes identificaron y compartieron cuáles son los principales problemas en sus países: problemas en la aplicación de las medidas, oposición y reticencia política a los puntos sobre los que actuar (educación sexual, aborto legal, seguro y gratuito, femicidios, entre otros) fueron algunos de los más repetidos.
Este encuentro fue importante porque creó los lazos necesarios para armar una estrategia en conjunto para que los jóvenes pongan en práctica durante los días de la Conferencia Regional de Población y Desarrollo (6 a 9 de octubre), en el que se revisará la Guía Operativa. Además, funcionó como un mecanismo para identificar más puntualmente las raíces de los problemas de nuestros países e idear posibles soluciones.
El 6 tuvo lugar el foro “El llamado de Montevideo; plataforma para la juventud Iberoamérica”, organizado por la Organización Iberoamericana de Juventud e IMJuve (Instituto Mexicano de la Juventud). El mismo consistió en paneles sobre la participación de jóvenes y del gobierno local en la implementación del Consenso de Montevideo y de la Guía Operativa, en los cuales se generó un debate entre los representantes de la sociedad civil y representantes de gobiernos como Cuba y Panamá.
La Conferencia Regional de Población y Desarrollo transcurrió del 7 al 9. A lo largo de estos tres días hubo paneles sobre los diferentes temas que trata el Consenso de Montevideo, el estado actual en la región y la Guía Operativa. Además de asistir a las charlas, tuvieron lugar reuniones de delegación, en las que se hablaron de los cambios que propondría la delegación argentina al Proyecto de Resolución frente a los cambios hechos por Cuba y a la resistencia de los países del Caribe angloparlante, más renuentes a aprobar un proyecto de corte tan liberal en materia de derechos. También se organizaron reuniones con organizaciones de la sociedad civil con las que hay alianzas para informar constantemente sobre las situaciones en cada delegación y armar un plan de acción para incidir en conjunto en las posturas de las delegaciones.