¿Qué es la menstruación?
La menstruación es un sangrado que se produce en el útero y que sale por la vagina. Suele repetirse cada 28 días aproximadamente, aunque puede variar según cada persona. También varía la duración: hay quienes menstrúan solo 2 días, y hay quienes les dura 7 días. Hay quienes tienen mayor o menor sangrado. Suele aparecer por primera vez en la pubertad, aunque no a todas las personas les pasa a la misma edad. ¡La menstruación es única como cada persona!
¿Sólo las mujeres menstrúan?
Menstrúan personas en edad reproductiva que tienen útero, ovarios y vagina. Pueden ser mujeres cis, varones trans, personas no binaries.
¿Qué es el ciclo menstrual?
Es un proceso que se repite una y otra vez en el cuerpo de las personas que menstrúan donde el útero se prepara para comenzar con un embarazo a través de un tejido donde se alojaría el cigoto (para más tarde convertirse en feto). En caso de no ser fertilizado, se desprende ese tejido a través de la vagina como sangrado menstrual. El ciclo menstrual dura entre 21 y 35 días, e incluye las siguientes etapas:
Fase folicular: Este es el inicio del ciclo, que comienza el primer día de la menstruación. Durante esta fase, el cuerpo produce hormonas que estimulan los ovarios para que maduren varios folículos, cada uno con un óvulo en su interior. Generalmente, uno de estos folículos se convierte en el dominante y se prepara para liberar el óvulo.
Ovulación: Aproximadamente a la mitad del ciclo, el folículo maduro libera el óvulo. Esto es lo que se llama ovulación. El óvulo viaja por la trompa de Falopio, donde puede encontrarse con un espermatozoide si hay fertilización.
Fase lútea: Después de la ovulación, el folículo vacío se transforma en una estructura llamada cuerpo lúteo, que produce hormonas que preparan el útero para un posible embarazo. Si el óvulo no es fertilizado, el cuerpo lúteo se desintegra.
Menstruación: Si no hay embarazo, los niveles hormonales caen, lo que provoca que el revestimiento del útero se desprenda y se expulse, dando lugar a la menstruación. Este proceso marca el comienzo de un nuevo ciclo.
Si el óvulo no se fecunda, esas paredes internas engrosadas se descaman y empieza el sangrado menstrual, iniciando así el día uno de un nuevo ciclo.
Gestión menstrual
Gestionar la menstruación es un mandato social que las personas menstruantes transitan de manera solitaria. Sin embargo, trasciende la experiencia personal ya que se ve afectada por factores como ingresos, normas culturales o condiciones de infraestructura: el acceso al agua potable, instalaciones sanitarias acordes, etc.
Hay varias formas de contener el sangrado de acuerdo a la diversidad de cuerpos, opciones disponibles y/o accesibles, y las elecciones de las personas. Los productos de gestión menstrual más habituales son: toallitas higiénicas (descartables o reutilizables), tampones, copas menstruales, ropa interior menstrual. También se puede usar algodón o hay métodos alternativos como el sangrado libre, que consiste en no usar ningún producto para contener la menstruación. Cada producto para contener/administrar el sangrado tiene sus ventajas y desventajas, cada persona puede usar el que prefiera dentro de sus posibilidades.
Menstruación y desigualdad económica
Para el acceso a los productos de gestión menstrual, el factor económico es clave: los productos descartables implican un alto costo mensual, están cargados de impuestos, generan un gran impacto ambiental (desde la fabricación hasta la generación de basura no reciclable), y las personas menstruantes están en peores condiciones para enfrentar este gasto. Por otro lado, los productos reutilizables son una solución para pocas ya que requieren ciertas condiciones de infraestructura que no todas las personas tienen.
Pero, ¿por qué decimos que las personas que menstrúan están en peores condiciones de enfrentar estos gastos? Además, las mujeres, disidencias y personas con discapacidad tienen una menor participación en el mercado laboral que los varones, peores sueldos por los mismos empleos tanto en el sector formal como informal, menos oportunidades de ascenso laboral y restricciones en cuanto a los tipos de empleo a los que pueden acceder: esto tiene un efecto visible que es que hay mayor cantidad de mujeres pobres que de hombres pobres. A estas desigualdades se le suma el costo económico de gestionar la menstruación, es decir, comprar toallitas, tampones, etc.
Pero, ¿qué pasa si las personas que menstrúan no cuentan con los recursos económicos para sobrellevar ese gasto? Desde el ausentismo y la deserción escolar o laboral hasta dificultades y obstáculos a la hora de hacer actividades deportivas o de esparcimiento e incluso, en muchos casos, infecciones y peligros relacionados con la reutilización de material no higiénico y/o de la basura.
Para que todas las personas puedan gestionar su menstruación en igualdad, es necesario en primer lugar visibilizar la temática. También es clave exigir que se implementen políticas públicas para garantizar el acceso a productos de gestión menstrual y así derribar tabúes y estigmatizaciones.
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