¿Qué es la salud mental?
La salud mental es un componente esencial de la salud integral. Se trata de un estado de bienestar que abarca no solo la ausencia de enfermedades, sino la capacidad de enfrentar situaciones de estrés, de manifestar nuestros sentimientos, interactuar con las demás personas y disfrutar de la vida.
Está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos. Por ejemplo, las presiones socioeconómicas, los cambios sociales rápidos (como la pandemia de la covid-19), la discriminación y/o exclusión, la violencia, los estilos de vida poco saludable, desequilibrios bioquímicos cerebrales y factores genéticos.
La adolescencia está atravesada por múltiples cambios físicos, emocionales y sociales que pueden contribuir – ya sea positiva o negativamente – al estado de la salud mental. En todo el mundo, se estima que entre el 10% y el 20% de les adolescentes experimentan trastornos mentales, pero estos no se diagnostican ni se tratan adecuadamente, lo que conlleva consecuencias en el futuro.
Ansiedad y depresión
La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. En otros casos se manifiesta a través de un alto grado de excitabilidad. La ansiedad, en cambio, se considera un mecanismo adaptativo natural que permite que las personas se pongan alerta ante ciertos sucesos. Todes tenemos ansiedad en algunas ocasiones, pero esta se convierte en un trastorno cuando el estímulo supera la capacidad de adaptación del organismo y aparece una respuesta intensa y desproporcionada, que perjudica el rendimiento. Se acompaña de síntomas físicos y psicológicos y persiste más allá de los motivos que la han desencadenado.La ansiedad y la depresión representan casi el 50 por ciento de los trastornos mentales entre los adolescentes de 10 a 19 años en América Latina y el Caribe. (Fuente: Unicef)
Roles de género: ¿cómo influyen en el cuidado de la salud mental?
A los varones, desde pequeños, se les enseña a ser autosuficientes y a no demostrar sentimientos ni vulnerabilidad, emociones asociadas con “lo femenino” y, por lo tanto, descartadas para quienes quieren ser “varones de verdad”. Esto muchas veces los lleva a minimizar la salud mental y no pedir ayuda, exponiéndose a situaciones de riesgo. Como consecuencia de estos estereotipos, los varones suelen hacer menos consultas con profesionales de la salud mental, y a su vez reportan mayores tasas de suicidio.
Históricamente, las mujeres estuvieron expuestas a situaciones que afectan negativamente su salud mental, como la violencia física y psicológica, perpetrada la mayoría de las veces en sus propios hogares; la presión porque su imagen corporal cumpla con ciertos estándares y el sometimiento ante estereotipos culturales. Lo mismo pasa con las personas LGBTIQ+: la opresión y estigmatización social, la victimización basada en la identidad sexual, el rechazo por parte de la familia, la discriminación institucional y el homo-lesbo-transodio internalizado afectan a su salud mental.
Suicidio
Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es la segunda causa de muerte entre adolescentes y jóvenes de entre 15 y 29 años de edad. En la Argentina, los suicidios constituyen la segunda causa de muerte en la franja de 10 a 19 años, y en el grupo de 15 a 19 años, la mortalidad es más elevada, alcanzando una tasa de 12,7 suicidios cada 100.000 habitantes, siendo la tasa en los varones 18,2 y en las mujeres 5,9.
¿Cómo podemos contribuir a la prevención del suicidio?
- Reconociendo los signos de alerta: aislamiento, persistencia de ideas negativas, dificultad para comer, dormir y trabajar, desesperanza, llanto inconsolable, cambio repentino de conducta.
- Mostrando interés y apoyo.
- Respetando las diferentes expresiones de sentimientos.
- Eliminando prejuicios. El suicidio no es ni bueno ni malo, tampoco es un hecho delictivo, es una situación de sufrimiento.
Consumos problemáticos
Las sustancias psicoactivas son todas aquellas que tienen acción sobre los seres vivos y que incorporadas al organismo producen un cambio. Hay distintos tipos de sustancias: naturales o artificiales; estimulantes, depresoras y alucinógenas; o lícitas e ilícitas. Todo consumo lleva riesgos, pero el tipo de sustancia en sí no suele ser un problema, sino el uso que se hace de ellas. Es decir, lo importante es la interacción entre la sustancia, el sujeto y el contexto.
El consumo problemático es uno de los problemas de salud mental más frecuentes en nuestro país. Hablamos de consumos problemáticos cuando afectan negativamente y en forma ocasional o crónica, aspectos de nuestra vida, como ser: nuestra relación con amigues, pareja o familia, nuestra salud psíquica o física, o nuestro desempeño en el trabajo o los estudios.
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