Las personas con discapacidad
Según la Convención sobre los “Derechos de las Personas con Discapacidad” (CPD, 2006) “…las personas con discapacidad incluyen a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”. Esas diversas barreras pueden ser físicas, comunicacionales y actitudinales y se derivan de prejuicios y preconceptos. Desde esta perspectiva, el problema de la exclusión/inclusión ya no recae en el déficit del individuo, sino en la inaccesibilidad del entorno.
Las personas con discapacidad suelen verse afectadas por estigmas y estereotipos basados en género, clase, orientación sexual, y discapacidad, entre otros. Habitualmente sus familias, educadores, personal sanitario consideran la sexualidad de las personas con discapacidad como un tema tabú: se considera que son personas asexuadas, que no sienten deseo sexual, o por el contrario, que cuando expresan su sexualidad lo hacen de una manera descontrolada, y sobre la cual no son capaces de tomar decisiones.
Algunes autores consideran que estos errores en la concepción de las sexualidades de las personas con discapacidad pueden estar vinculados a la poca privacidad que se les otorga por perpetuar un paradigma únicamente tutelar que anula su autonomía, o bien por el temor de sus familias ante la posibilidad de embarazos no intencionales.
Discriminación por motivos de discapacidad
Según la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad, se entiende por discriminación a cualquier distinción, exclusión o restricción por motivos de discapacidad que tenga el propósito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento, goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos humanos y libertades fundamentales en los ámbitos político, económico, social, cultural, civil o de otro tipo.
Las personas con discapacidad experimentan diversas formas interseccionales de discriminación que les impiden ejercer su derecho a la salud sexual y reproductiva en igualdad de condiciones. Es una situación que atraviesa a personas con discapacidad de todo el país, de cualquier edad y condición socioeconómica.
¿Qué son los ajustes razonables?
Son las modificaciones y adaptaciones necesarias y adecuadas para garantizar que en la prestación de cualquier servicio se atiendan los requerimientos específicos que aseguren a las personas con discapacidad el ejercicio de sus derechos y la toma de decisiones informadas.
En el caso de los servicios de salud, los equipos deben entonces “acomodar sus prácticas para asegurar la accesibilidad a través de ajustes razonables como: modificación de los espacios de consulta, adaptación del lenguaje y los materiales de información para que sean comprensibles, utilización de formas de comunicación accesibles, etc.” (Resolución 65/2015 del Ministerio de Salud de la Nación, p. 9).
Una de las formas de discriminación más frecuente es la denegación de ajustes razonables. Para evitar esto, se sugiere un diseño de productos, entornos, programas y servicios desde el paradigma del diseño universal, es decir, pensados para que puedan ser utilizados por todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado.
¿Qué es el sistema de apoyo?
El sistema de apoyo es definido como “la posibilidad de elegir a personas de confianza (ya sea dentro de la familia, la comunidad, el equipo de salud, o las instituciones de protección de derechos) para que acompañen el proceso de toma de decisiones, en este caso, sobre el cuidado del cuerpo” (Resolución 65/2015: 9). Esta resolución afirma que:
- Es un derecho de todas las personas.
- No es un requisito para el ejercicio de derechos, la toma de decisiones, o una barrera de acceso a las prestaciones requeridas. Por ejemplo: si una persona sorda acude a un centro de salud en busca de un método anticonceptivo, la ausencia de un intérprete no puede constituirse en motivo para no garantizar su atención.
- Es voluntario y no una obligación que pueda imponerse contra la voluntad de la persona con discapacidad.
- Tiene como función promover la autonomía, facilitar la comunicación, la comprensión y la manifestación de voluntad de la persona con discapacidad para el ejercicio de sus derechos
- No es una forma de sustitución ni representación, es decir, sea quien sea la persona que brinda el apoyo, no puede tomar decisiones, ni actuar en nombre de la persona con discapacidad. A su vez, así como apostamos a modificar la práctica instalada de presuponer la incapacidad de las personas con discapacidad, debemos también cuestionar la presunción de que no pueden decidir/ estar/hacer solas.
Frente a la dificultad que puede presentarse en los servicios de salud para dar respuesta a aquellas personas que se acercan sin un apoyo, se propone que “el equipo de salud puede desarrollar un rol activo para que se ejerza este derecho ofreciendo alternativas posibles (…) escuchar las propuestas para las personas que se acercan a los servicios” (Resolución 65/2015: 10).
¿Qué barreras enfrentan las personas con discapacidad para acceder a los servicios de salud?
A nivel de los servicios de salud, las barreras más frecuentemente encontradas son de tres tipos:
Barreras Físicas: Se vinculan con la dificultad para llegar o acceder a determinados espacios a causa de la estructura edilicia inaccesible y/o la falta de equipamiento adaptado para personas ciegas o con discapacidad motriz. Las escaleras, los pasillos angostos o con obstáculos, la ausencia de baños adaptados y de barandas/rampas son algunas de las más comunes.
Barreras comunicacionales: Son las que dificultan la transmisión de mensajes y la interacción. Este tipo de barreras afectan en particular a las personas sordas, sordomudas, hipoacúsicas, ciegas y personas con discapacidad intelectual. Por ejemplo: Mensajes escritos que impiden que las personas ciegas o con baja visión los reciban; mensajes auditivos que puedan ser inaccesibles para las personas sordas o hipoacúsicas; mensajes con uso de textos largos y complejos, que no sean comprendidos por las personas con discapacidad intelectual.
Barreras Actitudinales: Se sostienen por la existencia de mitos, prejuicios y estereotipos, y el poco conocimiento sobre las necesidades y los derechos de las personas con discapacidad. Algunas de las actitudes discriminatorias que se observan en la atención de la salud de las personas con discapacidad son:• Al hablar se dirigen a la persona acompañante como sujetos de la consulta.
Insisten para que las personas con discapacidad concurran acompañadas
• Dudan sobre su capacidad de comprender.
• Asumen que las personas con discapacidad no tienen una vida sexual activa, lo que lleva a que omitan preguntas que harían en otras consultas.
• Poca percepción de las necesidades de atención integral de la salud de las personas con discapacidad.¿Cuáles son los mitos y estereotipos que circulan sobre las personas con discapacidad y su sexualidad?
Al focalizar en el ejercicio de su sexualidad, la existencia de múltiples mitos y estereotipos vinculados a la discapacidad “suelen tener un profundo efecto negativo en la vida de niñes y jóvenes con discapacidad y conducir a su desempoderamiento e infantilización” (Ministerio de Salud de la Nación, 2019).
Algunos de estos mitos son:- No tienen sexualidad. Son asexuadas y no les interesa.
- Algunas discapacidades condicionan una sexualidad incontrolable e impulsiva.
- Las personas con discapacidad no se dan cuenta del abuso del que pueden ser objeto.
- No saben, no entienden qué es una relación sexual.
- No son atractivas y no son deseadas.
- No estarían en condiciones de criar hijes.
- Es poco probable que alguna vez tengan una pareja.
- Toda relación sexual con ellas es, en realidad, un abuso sexual.
- No pueden tomar decisiones racionales sobre su vida, su sexualidad o su reproducción.
- Solo forman parejas con otras personas con discapacidad.
Si te interesa saber más sobre nuestro trabajo relacionado a discapacidad y derechos sexuales y reproductivos, conocé el Proyecto Desear.
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